Dia 4. Pushkar
Tras un delicioso desayuno con chapatis y dahl partimos, a las 8.30, hacia nuestro siguiente destino: Pushkar. Vimos muchos mas camellos que en el anterior trayecto: en caravanas, tirando de carros cargados con familias completas, muchos de ellos engalanados y con marcas decorativas en negro, blanco o diferentes tonos de marron en la piel. En poco tiempo se celebraba una famosa feria de camellos en Pushkar. Una pena no haber estado alli en esas fechas, por lo que nos contaron otros viajeros que si estuvieron hay muchas celebraciones, multitud de camellos engalanados y un ambiente, cuando menos, muy peculiar.

El trayecto duró casi 5 horitas. Durante el último tramo entramos en una zona un poco más montañosa. Y allí estaba la ciudad. Nuestro hotel: “Inn Seventh Heaven”, un haveli remodelado y (demasiado) ampliado. El patio central es tranquilo y muy agradable. Nuestra habitación, en la primera planta, bastante amplia, daba a un ruidoso callejón. Un colchón demasiado blando. Podría ser un sitio mucho mejor, pero el mantenimiento deja bastante que desear. Las escaleras para subir al restaurante eran bastante precarias. El personal del restaurante (a diferencia del de recepción) no era muy agradable , mas bien todo lo contrario.

Fuimos a dar un paseo, y en ese primer contacto, no nos gustó nada el pueblo. En las calles traseras al lago solo parecía haber tiendas y pequeños cafés para turistas. Me descalcé y entré en el templo de Brahma justo cuando abrían (3 de la tarde). Los visitantes al templo eran muy numerosos. Hacian un circuito entre los diferentes puntos de veneración dentro del mismo, uno de ellos subterráneo.

Una vez fuera seguimos caminando, nos sorprendió la cantidad de basura por todos lados, a una escala mayor que en Mandawa o en Kerala. Nos dirigimos al Varaha ghat, Cuando nos acercamos al lago nos descalzamos y dimos un paseo rodeándolo. Una suerte llevar unos calcetines encima, los cuales fueron a la papelera al acabar este recorrido. Fue precioso. Esta zona es como otro universo respecto a lo que hay en la calle principal, colindante al lago, la de las tiendas.
En los alrededores del lago todo es tranquilidad, y espiritualidad. Con la excepcion de algunos santos timadores que vienen a pedirte dinero por darte unos petalos y pretenden querer enseñarte un rito para proteger a tu familia. Cada vez que entramos o nos acercamos a un gaht, se nos acercaba uno de estos personajes. Nos encontramos a una familia atrapada en el asunto de bendecirlos y entregar dinero a cambio.

Pero tambien habia muchos practicantes hinduistas y sadhus. Los sadhus son ascetas o monje, que practican la penitencia y austeridad para obtener la iluminación y la felicidad. Han renunciado a todos los vínculos terrenales o materiales, y dedican la mayor parte de su tiempo a la meditación
Esperábamos encontrar muchos hinduistas entrando en el lago al atardecer, especialmente por la fecha, el dia antes de diwali. Había muy pocas personas haciéndolo. Quizas precisamente por eso. La luz era un espectáculo, iluminando de un tono dorado muy intenso los edificios que tocaba. Bellísimo.

Casi al finalizar este paseo nos encontramos con un grupo de percusión fantástico, practicando en un templete frente al lago. Nos acomodamos cerca, a oirlos un buen rato. Un maestro local, con 7-8 estudiantes muy jóvenes, casi todos ellos extranjeros. Ritmo! Guau! Impresionanate. Sobre las 6 la música se silenció para dar paso a los sonidos y cánticos de los templos. Sonaban campanas por todos lados, el sonido parecáa que se multiplicaba alrededor del lago. Fue precioso, muy mágico. Se encendieron muchas lámparas, pequeños fuegos donde la gente hacía ofrendas… duró como 20-30 minutos? Precioso.
Antes de volver al hotel a cenar pasamos por el templo hinduista Sri Raghunatha y Prachin Shree 108, donde no dejaban entrar a los no practicantes.

Al ser considerada una ciudad santa, está prohibido el alcohol en Pushkar (en principio). Comprobamos que se sirve alcohol en muchos sitios, camuflado en tazas. La cena en el hotel fue regular. después de cenar dimos una vueltita por el pueblo, y curiosamente, a pesar de ser solo alrededor de las 9, todo estaba cerrándose. Muchas de esas preciosas lamparitas de aceite por todos sitios.
Dia 5. Puskar – Jodhpur
Mañana será Diwali!!! Tanta expectación…
Tras una mala noche en el blandicolchón, empezamos a oir los cánticos sobre las 5 de la mañana. Belleza de cánticos. Y también de campañas. Me hubiera encantado salir a ver la ciudad a esa hora. Los sonidos de la ciudad me llamaban, sali de la cama como a las 6 y pico. Me llevé un chasco al intentar salir y comprobar que la puerta principal del hotel estaba cerrada! Parte del personal del hotel dormía en el patio central. No quería despertarlos, así que me quedé por allí leyendo. Cuando conseguí salir eran las 7.30. Ya habían cesado los cánticos y las campanas, pero me fui al Indra ghat. Precioso. Más gente que por la tarde, algunos dentro del lago. Muy magnético el lago.

Fue suficiente con una noche en Pushkar. Me gustó mucho su espléndido lago, La luz del atardecer, la espiritualidad que se respira en sus orillas. Pero no me he quedado con ganas de pasar allí más tiempo.
A las 9.30 partimos para nuestro siguiente destino: Jodhpur.