Dia 5. Jodhpur
A las 9.30 iniciamos camino hacia Jodhpur. Hicimos una parada a mitad del camino en uno de los muchos restaurantes denominados “la Puerta del Desierto”. Haciamos estas paradas en cada trayecto, unos 30-40 minutos, para que Sonu, nuestro conductor, descansara y almorzaba. Ibamos sin prisa, él conducia muy bien, y fue un excelente compañero de viaje. Nosotros a veces aprovechábamos para comer algo tambien, otras solo tomábamos un te y siempre estirabamos las piernas un poco.

Llegamos a Jodhpur. El hotel se encontraba en la parte antigua de la ciudad, no pudimos entrar con el coche. Sonu buscó un tuk tuk que nos llevaría hasta alli. La ciudad era un caos total. Aquel dia, la actividad en las calles era frenética. Todos comprando y comprando, visitando familiares, transportando cosas, en definitiva preparándose para el Diwali, cuyas celebraciones duran varios días.

Jodhpur ha sido uno de esos lugares de amor a primera vista. Solo entrar en el barrio antiguo, ya sentí esa atracción, esa sensación de «quieroquedarmeaqui». Que placer. En un par de minutos supe que 2 noches aqui eran totalmente insuficientes. Como una ciudad medieval del siglo XXI. Callejones estrechos, caos, casitas bajas. Las fachadas, capítulo a parte: de un azul imposible, antiguas, muy pintaditas, algunas con sus contraventanas y puertas en verde, o en rojo, o en blanco, fachadas desmoronadas, fachadas blanquisimas, fachadas dejadísimas, adornos florales, lamparitas de aceite. Delicioso. Comercios de todo tipo, mas comercios, tiendas que parecían no haber cambiado un ápice en los últimos 60 o 70 años, el colorido de los saris, puestos ambulantes y fijos de fruta, verdura, dulces, leche, vacas caminando o tumbadas en cualquier sitio, marañas de cableado electrico, suciedad antigua y reciente, pequeños templos, motos, tuk tuks que entran, salen, se cruzan desde y por cualquier sitio, y sobre todo: todo el mundo pita constantemente. Fascinante.
Llegamos al hotel, en un estrecho callejón: Singhvi’s haveli.
Se ubica en una zona de la ciudad vieja llamada Navchokiya, un poco mas «tranquila» que los alrededores de Sadar Market, pero genial, con sus mercados y todo el encanto de la zona central (a 10 munutos a pie), pero menos mogollónica.

El hotel, un haveli de unos 500 años de antigüedad, era modesto y muy atractivo. Nos ofrecieron un lemon juice, y subimos a la habitación. El haveli posee un pequeño patio central, con un suelo de mosaico hecho de azulejos rotos. En la planta primera se atraviesa una estancia preciosa, oscura, muy bien conservada, para acceder a la planta superior. Nuestra habitación estaba en la última planta (planta añadida a la estructura original). Muy grande, excesivas pinturas en las paredes (colores muy saturados).
Las vistas desde la terraza de acceso a la habitación eran absolutamente espectaculares. Desde la ladera donde estábamos se veía la parte occidental de la ciudad y parte de la fortaleza . Una pasada.

Mi hiperactividad y yo. Encantada con lo que había visto al llegar, estaba desesperada por ir a visitar y descubrir la ciudad! Salimos a corretear las calles sobre las 3 de la tarde, con calorcito. El barrio antiguo… tanto carácter. No pude evitar tener dibujada una sonrisa en mi cara durante “casi” todo el tiempo que estuvimos aquí.

Paramos en un pequeño puesto a tomar un par de cocos. El tendero nos sacó la pulpa con una cuchara, de una vez. Riquísimo. Justo después caimos en un scam, menos mal que nos dimos cuenta al final, antes de pagar! El gancho fue muy convincente, nos atrapó diciendo que nos conocíamos de nuestro haveli, que él trabajaba alli (no sabemos como sabia cual era nuestro alojamiento, se lo habiamos cometado al vendedor de cocos, muy cerca de alli, probablemente estaban conectados). Nos explicó que estaba comprando cosas para Diwali, que teníamos que tener cuidado con la gente allí, en el centro, etc. Despues de toda esa charla, nos preguntó si queríamos alguna recomendación sobre compras, y acabó acompañándonos a una tienda de tejidos (Maharani Art Exporters), donde nos mostraron unas coloridas y bellísimas piezas. Nos decian que todas ellas habian sido elaboradas para famosas marcas internacionales: miu miu, Hermes, Etro, Dolce & Gabana, Dior … sedas, pashminas, cashmeres, lanas de camello….los precios eran elevadísimos (en USD), no podían bajarlos porque, según ellos, eran una ganga. Al final, habiendo ya decidido comprar varias piezas, al pasar el importe a rupias nos ofrecían un cambio disparatadamente malo. Eso nos mosqueó. Comenzamos a dudar, y así rapidamete empezaron a bajar los precios. La impaciencia por atrapar a la presa. Nos dimos cuenta de que teníamos que salir de allí pitando. Estuvimos a punto, a nada de caer. Salimos de allí superagobiados, no fiándonos de nadie que pasaba a nuestro lado. Con miedo. Hasta que nos dimos cuenta de la táctica: “Todos son muy peligrosos, yo os cuido …. y os llevo a la cueva de Ali baba”…yeah right!
Llegamos al Clock tower. El ambiente era tan festivo! Muchos vendedores de tejidos y otros articulos, exponían su mercancia en el suelo. Entre ellos muchos vendian plumas de pavo real y ramas de plumeros (planta). El pavo real es el ave nacional de la India. Segun leí y de acuerdo con la mitologia hinduísta, el pavo real fue creado a partir de una de las plumas de Garuda, una criatura mítica , portadora del dios Vishnu. Tambien el dios Khrishna lleva plumas de pavo real en su cabeza. Se consideran un símbolo de belleza y conocimiento. Tenerlas en casa trae buena suerte y prosperidad. En el mercado se respiraba excitación, alegría! Los colores del atardecer eran preciosos. Contrastaban con la iluminación brillante de los leds de la torre.

Fuimos a cenar al restaurante del hotel Pal Haveli (Indique), muy posh, cerca de allí. Nos habíamos vestido muy guapos para esa noche, al fin y al cabo, era como la noche previa a nuestro fin de año! El hotel es un elegante y precioso haveli, con un proporcionado y amplio patio central. La iluminación muy íntima, misteriosa, cálida… todos eso que puede aplicarse a una buena iluminacion con velas y lamparas de aceite. Soy una adicta de los espacios que se iluminan bien con esas fuentes. Me encantan.

Subimos a una terraza descubierta en la última planta, y nos tomamos un par de cervezas en la barra antes de sentarnos en una mesa. Las vistas de la fortaleza eran espectaculares, inmejorables. Nos sentimos tan privilegiados en tantos sitios de esta ciudad, al poder contemplar estas vistas. Es como tener entradas de primera fila para ver a tu cantante o espectáculo favorito.

Ya esa noche se oían muchos cohetes y fuegos artificiales del día previo al Diwali. Nada comparado con lo que nos esperaba el día siguiente. La cena fue magnífica: entrantes, 2 currys de cordero, uno más seco y otro con más salsa (Laal Maas: típico de la zona), y un Gulab yamun caliente rico rico.
Volvimos al hotel paseando, algunas tiendas estaban cerrando. Se respiraba un ambiente especial en las calles. Muchas tiendecitas, casas, y templetes tenían esas delicadas luces de las lámparas de aceite que, como ya he mencionado antes, a mí me chiflan.

En uno de los ensanches en nuestro camino había un enorme puesto con muchos calderos de hierro encima de fuego (leña o carbón) donde se elaboraban dulces, y muchos clientes comprando. Eran los puestos y tiendas más concurridos: los de dulces, típico en Diwali ofrecer dulces a las visitas o a los familiares y amigos a los que vas a visitar. Dulces elaborados con leche que se cuece hasta reducir a una pasta, a la que se añaden especias, azúcar, frutos secos.
Los fuegos artificiales y cohetes siguieron hasta bien pasada la media noche. Pero fue soportable.
Dia 6. Jodhpur. Diwali!!!!!

Desayunamos. Yo pedí un pancake, que estaba tan malo como el que tomé en el hotel de Pushkar en el desayuno, el dia anterior. Una masa densa, poco hecha, con plátano dentro de la masa y azúcar y miel encima. Sin sabor. Pedí también un cardamom lassi. Los 2 habían adquirido sabores a otros alimentos en el frigorífico.

Salimos a pasear sobre las 9.30. La luz era muy anaranjada, muy limpia. Preciosa. La excitacion en las calles por la fiesta que se avecinaba seguía siendo muy palpable. Los últimos preparativos. Los puestos de dulce seguían llenos, a tope. Muchas tiendas ya habian cerrado. Llegamos cerca del Clock Tower y nos tomamos un lassi y otra cosa de nombre no recordable al lado de la puerta de entrada de la plaza, en uno de los sitios más famosos en Jodhpur (dicen que el mejor de India): Shri Mishrishal hotel. Excelente, simply delicious!
Luego empezó (otra vez, ya era la tercera vez) nuestro recorrido para intentar sacar dinero de un cajero, también infructuoso, como los anteriores. Eso fue desesperante en este viaje. No conseguimos sacar dinero en ningun cajero en India, con nignuna de nuestras tarjetas de ING Direct. Probablemente intentamos en unos 50 cajeros, al menos. Con 3 tarjetas de ING Direct diferentes, de 2 cuentas distintas. El banco siempre dijo que no lo entendían, tenía porque haber ningun problema…claro. Menos mal que si pudimos usarla para pagar. Acabamos haciendo una transferencia a traves de western Union unos dias despues.

Cansados de probar en diferentes cajeros, entramos en una tienda llamada Ali baba, recomendada en tripadvisor, a comprar un par de pañuelos. Un lugar pequeño, pero agradable, y el tendero simpático, amable y con precios razonable. Despues fuimos a Ganesh, también recomendada por ellos, donde acabamos comprando un montón de cosas. Preciosas, como un 40% más baratos que los del día anterior. De igual calidad. Tuvimos que volver en tuk tuk al hotel a dejarlas.

Subimos andando al Mehrangarh fort desde el hotel, esta bastante cerca. Entramos por Fateh Pol. Hacia mucho calor, eran como las 2 de la tarde. Mucha tela esa subida a esa hora. Anyway, llegamos, entramos, y yo me pillé un audioguia. Muy bien hecha, me mereció la pena, porque te cuentan muchos detalles e historias que sucedieron aqui, me ayudaron a tener una visión del fuerte mucho mejor, mas completa. Las dimensiones del complejo y la belleza del fuerte son espectaculares. El labrado, la forma en que está esculpida la piedra son exquisitos, muy delicados, muy muy minuciosos y detallados. Diseños geométricos múltiples. En ocasiones parecen hechos en madera, más que en piedra.

Creo que fue aqui de las primeras veces que los turistas locales o los locales directamente, nos pedian hacerse fotos con nosotros. Al principio fue divertido, Luego, despues de unos dias, se convirtió en algo bastante pesado. E algunos sitios muy turísticos era constante, a veces no podias avanzar. Al principio te sientes como una estrella. Dicen que creen que les trae buena suerte…
Salimos del complejo por una puerta diferente: Jai Pol, que es realmente la puerta principal. Descendimos hacia el casco antiguo de la ciudad por una empinada cuesta. El ensolado, original, realizado con losas de piedra de grandes dimensiones, muy bien conservado. Dimos un paseo, mientras buscábamos una tarjeta para la grabadora que llevaba mi chico. Una vez comprada podríamos grabar los maravillosos sonidos con los que nos íbamos topando cada día! Y de diwali!
Ahora nos merecíamos una cerveza, la de todos los días en vacaciones! Acabamos en la terraza de RAAS: un sitio moderno, una especie de complejo con hotel, cafetería, pub, restaurante, heladería….La cerveza allí no era muy buena (Mahou! Pero no la que conocemos en Europa).

El pub se asoma a un antigua cisterna, Toorji Ka Jhalra (o Toorji step well / baori). Veríamos más estructuras de este tipo a lo largo del viaje, esta fue la primera. Nunca dejan de impresionar. Por lo que he leido, ésta se construyó en 1740.
Estas estructuras se encuentran, en general, muy ornamentadas. Las proporciones son bellisimas. Muy profunda, muchos tramos de escaleras laterales. Tres lados iguales y otro, el cuarto y vertical, que alberga una serie de estructuras / estancias/ pasadizos internos. Curioso. Parecen diseños futuristas, como de pelicula de ciencia ficción. Anacrónico. Ingenieria brillante, mente maravillosa la que imaginó estas estructuras. Los mas antiguos encontrados en India, cavados en la roca, datan de 200-400 D.C. En la antiguedad se usaban como aljibes de agua, para la época seca, y tambien con fines recreativos y de ocio, lugares de reuiones sociales y ceremonias religiosas. Al parecer al principio su uso estaba muy relacionado con la mujer, ya que era ella la que se encargaba de recoger el agua y hacer ofrendas a los diosa de la salud.
Hoy en dia, muchos de los baoris que hemos encontrados estan abandonados y llenos de basura, desgraciadamente. Otros se visitan, y algunos (como este de Jodhpur) es usado por los niños, como si fuera una piscina, a la cual se lanzan saltando desde la zona mas elevada.

Buscamos otro sitio donde tomar otra cerveza. Llegamos a la terraza del Jankhar Choti haveli. Bonito edificio, bien rehabilitado, no tan posh (ni de lejos) como el Pal Haveli. La terraza también tenía unas vistas espectaculares. Pero no tenían licencia para cerveza, así que servían latas y tazas en vez de vasos. La Kingfisher está mucho más rica en vidrio. Una sola y al sitio de enfrente: Curry’s. La terraza con las mismas vistas. Allí tuvimos nuestra cena de Diwali. La comida estuvo ok, nada muy especial. Una pena que la música impedía (aunque sólo fuese un poquito) tener todos tus oídos puestos en lo que estaba sucediendo en la ciudad esa noche.

Sobre las 7.30 empezaron los fuegos, que no acabaron hasta la mañana siguiente. Todo el día habíamos recibido y pronunciado muchos “happy diwali”. Nuestro camino hacia el hotel esa noche se quedará siempre en mi memoria. Mágico (otra vez esa palabra, me saldrá muchas veces …). Aunque la mayoría de las tiendas estaban cerradas, muchas estaban abiertas para las familias, tenían su celebración de diwali dentro. Tod@s guapísim@s. Los colores, las mejores galas, los maquillajes, las joyas, las flores, las lucecitas. Sentados en el suelo, sobre tapetes, con todos sus manjares. Alguien nos ofreció plátanos y caramelos. Muchas lamparitas, guirnaldas, muchos petardos y cohetes, y happy diwali a mansalva. Muchos niños y adultos encendiendo petardos por el camino. Todo el mundo tenía tantas ganas de fiesta y, como no, de hacer mucho, mucho ruido!

Desde la terraza de nuestro hotel, el espectáculo de los fuegos era inmenso. A ratos parecía una batalla, una zona de guerra. Y una competición. Desde todos los puntos de la cuidad, de todos los tamaños, formas y colores. Mi cuerpo me pedía salir otra vez a la calle, a celebrar! Pero mi chico decía (con razón) que era un poco peligroso, un poco too much. Una locura de fuegos y petardos. Me quedé mucho tiempo fuera, en la terraza, contemplando el espectáculo. Podía ver a la gente en los edificios cercanos, en las terrazas encendiendo petardos y encendiendo mas y mas lamparitas, que ponian en las escaleras, en las ventanas, en los poyetes de los balcones, de los muretes de las terrazas. Por la mañana aun seguían muchas encendidas. Me fui a la cama. Fue imposible dormir ni un minuto esa noche. En ningún momento aminoró la intensidad, hasta bien entrado el alba seguían los estruendos.

Dia 7. Jodhpur to Jaisalmer
No dormimos nada esa noche, fue imposible. Habíamos quedado con Sonu a las 9.30 para empezar el viaje a Jaisalmer. Mi desayuno esta vez: paratas con dal, mucho más rico que el del día anterior!
En el check out tuvimos un problema con el hotel, que nos cobró el desayuno, a pesar de que en nuestra reserva decía que estaba incluido. Anyway, posteriormente lo comunicamos a agoda y nos reembolsaron la factura. El hotel nos buscó un tuktuk para ir a encontrarnos con Sonu, fuera del casco histórico. Todo muy tranquilo, una luz preciosa en las calles (again). Tristes de dejar Jodhpur.

